No cabe duda que el COVID-19 ha acelerado los cambios en todos los mercados y el sector bancario no ha sido la excepción. Un primer impacto ha sido el crecimiento exponencial de los depósitos bancarios por los cheques de estímulo o subvenciones que reciben los usuarios de los gobiernos y que han fomentado la expansión de la #bancadigital, en especial el uso de las apps bancarias para su usufructo.
Sin embargo, este auge en la liquidez no ha sido igual en todos los bancos; aquellos más grandes han tomado ventaja en la búsqueda del cliente digital. En este contexto, ¿qué pueden hacer los bancos pequeños para tener éxito?
En efecto, la distribución del crecimiento de los depósitos ha sido desigual para los distintos tamaños de bancos. Por ejemplo, en Estados Unidos el crecimiento de los depósitos bancarios durante el 2020 fue superior al 10 %. Los bancos más grandes atrajeron la mayor parte, mientras que la banca más pequeña quedó rezagada.
Una explicación sencilla es la siguiente: los grandes bancos pueden escalar la inversión en tecnología mejorando su eficiencia a un menor costo. En contraste, la inversión en tecnología sigue siendo una limitante para la mayoría de los bancos de menor tamaño.