“Los grandes logros en la vida parecen más fáciles una vez que los conseguimos”. Con esta frase, Andrés Macri, Executive Program Manager de Infocorp, reflexiona sobre uno de esos hitos que suenan imposibles hasta que se alcanzan: correr 160 km en Fiambalá, Argentina, entre desiertos, montañas y dunas del tamaño de edificios.
¿Cuándo comenzaste a involucrarte en este mundo de las carreras de aventura y cómo te preparás para afrontar cada desafío?
Esa fue la primera pregunta que le hicimos, pero cuando Andrés comenzó a responder hizo una aclaración importante: “No puedo hablar de esta experiencia sin nombrar y agradecerle a Gabriela, amiga de la vida y compañera en Infocorp que se encargó de toda la logística previa y también tengo que hablar de Eleo que es la mejor compañera y motivadora”. Gabriela es Gabriela Trindade, SEA Manager Practitioner y Eleo es Eleonora, la esposa de Andrés. Como bien sabemos en Infocorop, detrás de cada logro, siempre hay un gran equipo.
“Me inicié en este mundo en julio del 2022. Si bien ya tenía la experiencia de haber participado en una maratón de 42 km, volví a entrenar de forma intensa hace relativamente poco. El punto de inicio fue una carrera llamada ARM Cimarrones, un triatlón de aventura donde recorrí cerca de 200 km valiéndome solo de una brújula y un mapa. Completar esa carrera me llevó 26 horas y, nobleza obliga, no me fue muy bien. Sin embargo, yo tenía un objetivo: disfrutar y llegar a la meta. Por suerte lo pude cumplir. Además, este evento me permitió disfrutar de la compañía de Miltón Rodríguez, “El Capitán”. Un auténtico campeón de la vida, un tipo generoso que hasta el día de hoy nos trata a todos los del equipo- A220 Adventure- como una segunda familia. Después de la Expedición Cimarrones, corrí varias carreras más que me ayudaron a seguir mejorando y preparándome para el gran evento de Fiambalá”.
¿Cómo organizás tu entrenamiento con tus actividades diarias y la vida en familia?
Andrés: Creo que, si te gusta algo de verdad, encontrás la forma de hacerlo. A mí me encanta pasar tiempo con mis hijas. Por eso entreno junto a mi grupo de power running bien tempranito en la mañana, entre las 5:30 y las 6. Luego, directo al trabajo y cuando salgo, aprovecho cada minuto que puedo con ellas. Por supuesto, tengo que destacar el apoyo incondicional de mi esposa, quien me acompaña siempre y me ayuda a lograr todo lo que me propongo. De hecho, a ella también le gusta mucho correr. Tanto, que mientras estábamos en Fiambalá completó uno de los trayectos del certamen, el de 23 kilómetros.
No es lo mismo entrenar en la playa que enfrentarse a las dunas del Tatón. ¿Cómo te sentiste cuando te enteraste de que ibas a subir a las dunas más altas del mundo?
Andrés: Te soy sincero, me impactó un poco. La primera vez fue muy duro. Aunque siempre hacemos entrenamientos específicos, es muy difícil replicar las condiciones de un terreno de ese tipo. Es más, un mes antes se corrían 60 km por las dunas del Cabo Polonio. Lamentablemente no pude participar del evento por una lesión importante. Una fractura que también casi me deja fuera de Fiambalá. Pero no pensaba perderme la carrera por nada del mundo. Como me gusta decir, podés caerte, pero lo más importante es levantarse y seguir adelante. Y ni hablar que mis amigos me iban a cargar je.
¿Cómo gestionas tu alimentación para estos eventos?
Andrés: Siempre me he cuidado en la alimentación. Durante la época de carreras, suelo aumentar el consumo de carbohidratos y de algunos suplementos para complementar. También tomo colágeno para cuidar de mis articulaciones. Por lo general, trato de no comer mucha carne y limitar el alcohol. Si bien me tomo una cerveza de vez en cuando, suelo ser bastante disciplinado para llegar a las carreras de la mejor manera posible.
Y retornando a Fiambalá ¿Es muy conocida la carrera en Sudamérica?
Andrés: Sí, de hecho, según mis compañeros, es una de las más duras del mundo. Son 160 km en tres etapas. Pero no me quedo solo con eso, ahora vamos a correr 110 km sin parar al sur de Río de Janeiro, en Paraty y también estoy inscrito en La Misión, Villa La Angostura, que es una carrera de 200 km. Un evento de autosuficiencia increíble. En ese sentido Fiambalá es diferente, ya que tiene puestos con comida y bebidas durante todo el recorrido, ¡incluso podés comer aceitunas y tomar sopa!
¿Cómo describirías tu trabajo en Infocorp?
Andrés: Mi trabajo en Infocorp se centra en 2 áreas. La primera, supervisar y liderar a un equipo de Project Managers- que realizan un trabajo excelente y me facilitan mucho las cosas -. Y el segundo, evaluar, junto con el equipo de asignaciones, todos los proyectos de la empresa con el fin de asignar los recursos adecuados en el momento oportuno.
¿Hay algo en el mundo deportivo que puedas aplicar en la empresa?
Andrés: Yo creo que sí, todo está relacionado. No solo correr genera serotonina, libera el estrés y te ayuda a pensar más tranquilo, sino que también te enfrenta a obstáculos que se pueden extrapolar a los grandes desafíos laborales y, sobre todo, de la vida. Las carreras te enseñan a dar siempre lo mejor de vos mismo.
¿Conocés a alguien en Infocorp que haya hecho algo similar?
Andrés: Sí, conozco a algunas personas y seguro que hay otras tantas. ¡Incluso podría aparecer alguien que haya corrido distancias mucho mayores!
Una pequeña nota al pie… Me avergüenzo de mi estado físico con esta entrevista jaja.
Andrés: ¡No te hagas drama! Yo también vivo con dolores en las rodillas, entre otras cosas. Pero como te dije al principio, tuve el enorme honor de conocer a Milton y Diego, dos maestros de la vida que me inspiraron a superarme constantemente y a vencer el miedo. Además, mi equipo es un grupo humano hermoso, como una familia. En estas carreras, te duele más la mandíbula de tanto reír que las piernas de correr. Los considero una familia y cada salida que hago con ellos es un verdadero placer.
¿Cuál es la carrera que más te gustaría correr?
Andrés: Fiambalá era una de ellas. Me gustan mucho las carreras de aventura. En este tipo de eventos, te enterás poco tiempo antes de la partida y en ese momento te dan el mapa y la brújula para orientarte. Gana aquel que marca más puntos de control en orden numérico. Esto hace que las cosas sean muy impredecibles y equilibra el aspecto físico con las habilidades de orientación. Todavía tengo mucho por aprender en ese campo. Además, son carreras de autosuficiencia. Ahora, en diciembre, hay una en Florianópolis, Malacara Race, un triatlón de aventura que me encantaría correr ya sea este año o el próximo. También está La Misión en Villa La Angostura, donde ya estoy inscrito y espero poder ir en febrero. Es una carrera muy representativa. Y soñando en grande, la maratón Des Sables. Ojalá pronto estemos allí.